L'interview (en espagnol pour le moment)
–¿Puede explicarnos su método para entrar en ese espacio mental de aislamiento y locura?
–El guion de Robert Eggers era muy atrevido. Ya había visto su primera película, 'La bruja', y me impactó su talento, así que le pedí a mi agente que le llamara. Quería trabajar con él a toda costa. Me dijo que tenia dos proyectos: 'El faro' y 'Nosferatu'; el primero ya lo he interpretado, el segundo me parece que está demasiado cerca de mi pasado como para entrar de nuevo en ese mundo. 'El faro' representa las cualidades primarias del ser humano, es un retrato muy potente de la locura y el control.
–Es un filme muy teatral, sobre todo por el enfrentamiento entre su personaje y el de Dafoe.
–Trabajar con Willem ha sido una experiencia fascinante. Yo soy más joven, pero su aguante es el de un adolescente. Jamás había tenido un adversario de este calibre, un genio. Me habían avisado de que haría alguna locura, pero nunca pensé que iba a presentarse con una energía tan anárquica.
–La película se rodó en Nueva Escocia. ¿Les afectaron las inclemencias meteorológicas?
–Ha sido un rodaje muy físico porque así lo requería el personaje. Cuanto más realismo, más fácil es meterse en el extraño espacio mental que me toca habitar en la ficción.